Los llamados días de muertos hacen referencia a una
tradición de origen prehispánico que se celebra en todo México los días 1 y 2
de noviembre. Se han encontrado vestigios,
en las culturas prehispánicas más importantes, que muestran celebraciones del llamado
día de muertos.
En la cultura prehispánica se tiene el concepto de la vida
después de la muerte, es una filosofía en la cual el comportamiento de las
personas no dirime el lugar al cual se dirigen (como en la religión cristiana
con su concepto de cielo e infierno), más bien el tipo de muerte y la edad del
fallecido define el sitio al que irán. Por ejemplo en la cultura Mexica el
sitio más privilegiado era para los muertos en combate, cautivos sacrificados y
madres muertas en labor de parto, hacia compañía al dios del Sol. Otro lugar
era para lo que morían ahogados, de sed o eran ofrecidos al dios del Agua,
hacia compañía a este último. Por ultimo existía un sitio común para todos los
demás casos en el cual los niños muertos tenían un lugar espacial. La muerte es
simplemente eso, es parte de la cosmovisión y no conlleva cargas morales, es
solo una etapa a la cual se debe transitar.
En la cultura prehispánica existía la creencia de que los
muertos tenían permiso en ciertas fechas para volver del mundo de los muertos,
de tal forma que sus almas podían estar en ese tiempo entre sus seres queridos.
Se realizaban festejos para conmemorar a los muertos y se solían colocar
ofrendas en honor del fallecido (este es el origen de los actuales altares de
muertos). Estas fiestas por lo general coincidían con el final de los ciclos agrícolas
(julio/agosto).
Con la llegada de los españoles, la conquista de México y la
imposición de la religión católica existe un conflicto con esta tradición que
se contrapone a la moral católica, debido a que es una tradición muy arraigada
y difícil de erradicar en la población autóctona se opta por hacerla coincidir
con la festividad católica instituida por el papa Urbano IV para festejar a
todos los mártires (santos) muertos de la iglesia que no tenían un día especifico de
celebración. Gregorio III (731-741) fija la fecha del 1 de noviembre y
posteriormente Gregorio IV la extiende a toda la iglesia a mediados del siglo
IX.
Es así entonces como en la actualidad se celebran los días
de muertos los días 1 y 2 de noviembre y se les llaman Dia de todos los santos
y fieles difuntos respectivamente. De esta manera comienzan a existir
modificaciones de la forma de realizar la celebración comenzando por los
periodos de celebración. Su origen distinto
explica entonces porque mientras estos días en la cultura europea son de luto y
meditación en la cultura mesoamericana son días de fiesta y celebración. En
muchas regiones se mantiene la creencia que el primer día se reciben a las
almas de los niños fallecidos, mientras que el segundo día corresponde a las
almas de los adultos fallecidos.
Altar de muertos
Al coincidir las festividades a los muertos con el fin del
ciclo agrícola se realizaban ofrendas a las almas de difuntos (muertos
descarnados) frutos y comidas que tenían como base principalmente el maíz.
Estos eran colocados en altares en honor a ellos.
Algunas de las ofrendas características de los altares de
muertos son:
El agua:
Que se ofrece para que las almas mitiguen su sed después de
su jornada de viaje.
La sal:
Como elemento de purificación
Copal:
Es otro elemento de purificación muy usado en las
ceremonias.
Las flores:
En el México prehispánico los indígenas consideran al
Zempoalxóchitl una planta curativa, es también una de las flores más empleadas
para adornar los altares y las tumbas. El color amarillo es por lo tanto
asociado con la muerte.
El petate:
Entre sus múltiples usos destacan los de cama, mesa y
mortaje. En los altares simboliza un lugar de descanso para las almas.
Con la posterior
colonización por parte de los españoles y la mezcla de las culturas han surgido
los siguientes modificaciones o adaptaciones.
El pan de muerto:
Los antecedentes a este pueden ser el Huitlatamalli, una especie de tamal
prehispánico, también es posible que se deba a una tortilla, Papalotlaxcalli, a
la cual se le imprimía una imagen de mariposa sobre la masa cruda, que una vez
cocida se pintaba, esta tortilla era exclusiva de estas festividades. Con la
llega de los españoles surge en la época colonial la ofrenda con conocida ahora
como el pan de muerto. Que mayormente es redondo y con decoraciones diversas
según la región
El gollete y las cañas:
Se cree que están relacionadas con el tzompantli. Los
golletes son panes en forma de rueda que se colocan sostenidos por trozos de
caña. En la actualidad el simbolismo ha cambiado.
Velas y veladoras:
Los antiguos mexicanos empleaban rajas de ocote. El empleo
actual de cirios, velas y veladoras tiene el mismo fin y su simbología es
servir de guía a las animas para llegar a su anteriores moradas. En algunas
comunidades una vela representa a un difunto.
El retrato e imágenes religiosas:
Unen diversos simbolismos surgidos de la aculturación. Otros
elementos que se puede mencionar son las cruces de ceniza y de pétalos de flor.
Alimentos:
El acervo culinario ha variado y se ha enriquecido con
aportaciones diversas a la comida mexicana. Podemos mencionar al mole, la
barbacoa y consomé, entre otros.
Las calaveras de azúcar:
Es una aportación posterior que simbolizan a la Santísima
Trinidad y al Padre Eterno
Bebidas:
Dentro de los más característicos podemos mencionar el
chocolate de agua. El licor se presenta como elemento vinculado a los acontecimientos
sociales.
El papel picado:
Es uno de los elementos más pintoresco y que ayudan a la
escenografía del altar.
Fuentes:
Directorio virtual nacional de
museos de canada
Publicación:
Celebration of the Days of the Dead
Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indíginas
Publicación: Día de muertos en México
Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura
Publicación: Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos