miércoles, 31 de octubre de 2012

Día de muertos



Los llamados días de muertos hacen referencia a una tradición de origen prehispánico que se celebra en todo México los días 1 y 2 de noviembre.  Se han encontrado vestigios, en las culturas prehispánicas más importantes, que muestran celebraciones del llamado día de muertos.
En la cultura prehispánica se tiene el concepto de la vida después de la muerte, es una filosofía en la cual el comportamiento de las personas no dirime el lugar al cual se dirigen (como en la religión cristiana con su concepto de cielo e infierno), más bien el tipo de muerte y la edad del fallecido define el sitio al que irán. Por ejemplo en la cultura Mexica el sitio más privilegiado era para los muertos en combate, cautivos sacrificados y madres muertas en labor de parto, hacia compañía al dios del Sol. Otro lugar era para lo que morían ahogados, de sed o eran ofrecidos al dios del Agua, hacia compañía a este último. Por ultimo existía un sitio común para todos los demás casos en el cual los niños muertos tenían un lugar espacial. La muerte es simplemente eso, es parte de la cosmovisión y no conlleva cargas morales, es solo una etapa a la cual se debe transitar.
En la cultura prehispánica existía la creencia de que los muertos tenían permiso en ciertas fechas para volver del mundo de los muertos, de tal forma que sus almas podían estar en ese tiempo entre sus seres queridos. Se realizaban festejos para conmemorar a los muertos y se solían colocar ofrendas en honor del fallecido (este es el origen de los actuales altares de muertos). Estas fiestas por lo general coincidían con el final de los ciclos agrícolas (julio/agosto).
Con la llegada de los españoles, la conquista de México y la imposición de la religión católica existe un conflicto con esta tradición que se contrapone a la moral católica, debido a que es una tradición muy arraigada y difícil de erradicar en la población autóctona se opta por hacerla coincidir con la festividad católica instituida por el papa Urbano IV para festejar a todos los mártires (santos) muertos de la iglesia  que no tenían un día especifico de celebración. Gregorio III (731-741) fija la fecha del 1 de noviembre y posteriormente Gregorio IV la extiende a toda la iglesia a mediados del siglo IX.
Es así entonces como en la actualidad se celebran los días de muertos los días 1 y 2 de noviembre y se les llaman Dia de todos los santos y fieles difuntos respectivamente. De esta manera comienzan a existir modificaciones de la forma de realizar la celebración comenzando por los periodos de celebración.  Su origen distinto explica entonces porque mientras estos días en la cultura europea son de luto y meditación en la cultura mesoamericana son días de fiesta y celebración. En muchas regiones se mantiene la creencia que el primer día se reciben a las almas de los niños fallecidos, mientras que el segundo día corresponde a las almas de los adultos fallecidos.

Altar de muertos

Al coincidir las festividades a los muertos con el fin del ciclo agrícola se realizaban ofrendas a las almas de difuntos (muertos descarnados) frutos y comidas que tenían como base principalmente el maíz. Estos eran colocados en altares en honor a ellos.
Algunas de las ofrendas características de los altares de muertos son:
El agua:
Que se ofrece para que las almas mitiguen su sed después de su jornada de viaje.
La sal:
Como elemento de purificación
Copal:
Es otro elemento de purificación muy usado en las ceremonias.
Las flores:
En el México prehispánico los indígenas consideran al Zempoalxóchitl una planta curativa, es también una de las flores más empleadas para adornar los altares y las tumbas. El color amarillo es por lo tanto asociado con la muerte.
El petate:
Entre sus múltiples usos destacan los de cama, mesa y mortaje. En los altares simboliza un lugar de descanso para las almas.

 Con la posterior colonización por parte de los españoles y la mezcla de las culturas han surgido los siguientes modificaciones o adaptaciones.

El pan de muerto: 
Los antecedentes a este pueden ser  el Huitlatamalli, una especie de tamal prehispánico, también es posible que se deba a una tortilla, Papalotlaxcalli, a la cual se le imprimía una imagen de mariposa sobre la masa cruda, que una vez cocida se pintaba, esta tortilla era exclusiva de estas festividades. Con la llega de los españoles surge en la época colonial la ofrenda con conocida ahora como el pan de muerto. Que mayormente es redondo y con decoraciones diversas según la región
El gollete y las cañas:
Se cree que están relacionadas con el tzompantli. Los golletes son panes en forma de rueda que se colocan sostenidos por trozos de caña. En la actualidad el simbolismo ha cambiado.
Velas y veladoras:
Los antiguos mexicanos empleaban rajas de ocote. El empleo actual de cirios, velas y veladoras tiene el mismo fin y su simbología es servir de guía a las animas para llegar a su anteriores moradas. En algunas comunidades una vela representa a un difunto.
El retrato e imágenes religiosas:
Unen diversos simbolismos surgidos de la aculturación. Otros elementos que se puede mencionar son las cruces de ceniza y de pétalos de flor.
Alimentos:
El acervo culinario ha variado y se ha enriquecido con aportaciones diversas a la comida mexicana. Podemos mencionar al mole, la barbacoa y consomé, entre otros.
Las calaveras de azúcar:
Es una aportación posterior que simbolizan a la Santísima Trinidad y al Padre Eterno
Bebidas:
Dentro de los más característicos podemos mencionar el chocolate de agua. El licor se presenta como elemento vinculado a los acontecimientos sociales.
El papel picado:
Es uno de los elementos más pintoresco y que ayudan a la escenografía del altar.



Fuentes:  
Directorio virtual nacional de museos de canada
Publicación: Celebration of the Days of the Dead

Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indíginas
Publicación: Día de muertos en México

Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Publicación: Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos